Acompañar a l*s que acompañan

Acompañar a otras personas es un trabajo muy enriquecedor y bonito, pero sé, por experiencia propia, que en algunos momentos puede convertirse en un camino bastante solitario. Para poder ofrecer una atención cálida y cuidada, es muy importante que no nos perdamos de vista y busquemos espacios de parada, nutrición y cuidado. 

Al estar continuamente en relación con otras personas y experiencias, tanto fuera como dentro de nuestros trabajos, es normal que se muevan asuntos propios que debemos atender para sentirnos mejor y no interfieran en nuestro hacer como profesional. 

A veces nos toca acompañar situaciones complejas. Es posible también que los procesos que acompañamos se estanquen o en un momento dado y no sepamos muy bien como enfocarlos. Estos momentos forman parte de todo proceso, pero atravesarlos y sotenerlos a veces no resulta fácil y tener a alguien que nos acompañe siempre hace más amable el camino.

Mi intención es proporcionarte un espacio para ti. Iremos creándolo en función de lo que vayas necesitando. La idea es que puedas mirar dentro de ti y darte aquello que necesites.  

Siempre de manera confidencial, podremos poner sobre la mesa aquellos casos para los que necesites inspiración y seguro que encontramos maneras creativas de abordarlos para que continúes acompañándolos.